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¿Amar a más de uno?

Ethnographic Atlas Codebook  
presentó un registro de la composición marital de 1.231 sociedades, desde 1960-1980. De estas sociedades, 186 eran monógamas y 1041 eran polígamas. Según Joseph Ginat, el autor de “Familias Polígamas en la Sociedad Contemporánea”, un tercio de la población mundial pertenece a alguna comunidad que permite la poligamia o poliamor.
Vamos que, en términos globales, debería ser más normal aceptar la poligamía que no hacerlo, pero supongo que al estar en una sociedad que no lo és, es más dificil hablarlo libremente o aceptarlo. Hoy he visto un caso de homofobia ocurrido en Berga. Si áun estamos así con la homosexualidad, imaginad. 
Lo bueno de los amigos es que no firmamos un “para siempre”. Los amigos van, vienen, aparecen, dependiendo de las circunstancias de la vida. Entonces, ¿porqué no pueden aparecer nuevos amores?
Al final, las relaciones de pareja son un poco así. Siempre me ha atraído la idea de encontrar a “esa persona especial”. ¿Pero quién puede asegurar que será para siempre ese sentimiento? La relación se trabaja día a día desde la sinceridad y el abonar el amor y la confianza mutua. Creo que ninguna persona madura con más de 40 años podrá jurar que no ha sentido nada especial por "otra persona" en su vida. Lo que ocurre es que lo tratamos como un pecado, y tratamos de ocultarlo, o lo aprovechamos y tenemos una aventura oculta que puede romper  o no la relación principal. Asi es la vida. Pero cuando no tratas de ocultar tus sentimientos, y confías plenamente en tu pareja, esos miedos desaparecen, y puedes dar lo mejor de ti misma en cada momento, y a cada persona.

¿Qué significa que no creo que exista una persona única y especial para cada uno de nosotros?

Cuando una persona me dice que ha encontrado a su media naranja yo tiro de cinismo y pregunto: ¿en serio? ¿has encontradoa a tu media naranja entre los 9000 millones de humanos que habemos sobre la tierra? ¿En tu misma ciudad? Acepta la mayor de mis enhorabuenas.
No me preguntéis por qué, pero a la gente no suele gustarle mi cinismo. A menudo, contraatacan insinuando que entonces estoy engañando a mi marido, porque no es la persona especial de mi vida. Nada más lejos de la realidad. Amo a mi marido con pasión. Es una persona que me entiende sin hablar. Hay química. Nos miramos y sabemos lo que pasa, lo que sentimos. No voy a tratar de engañarle nunca. Por eso, si algún día conozco a otro hombre que me fascina por algún motivo, no trato de ocultarlo. Sé que él me conoce y sé que no podría ocultarle mis sentimientos. No podría engañarle. Así que lo comparto con él.
La realidad es que somos muchas personas en el mundo y me resulta increíble pensar que solo una de ellas es la ideal para nosotros. Mi idea es sencilla, si puedo tener varios grandes amigos, puedo tener varios grandes amores. Es lo que se conoce por monogamía secuencial, históricamente iniciada por el padre de Carlomagno (quien la mantuvo).
A día de hoy esta monogamia secuencial esta más que aceptada como algo normal. Es curioso porque hace 60 años resultaban una afrenta a la moralidad aquellas personas que tenían más de una pareja durante toda su vida.
Pero el mundo evoluciona y surgen nuevas formas de amor. Creo que estarás de acuerdo conmigo en que tras la ruptura con un gran amor puede llegar otro. Pero piensa en esto, puedes tener grandes amigos a la vez sin que sientan celos entre ellos porque tienen que compartirte.
Pues una nueva forma esta naciendo: una forma de estar enamorada de dos o más personas, de compartir tu mundo con ellas sin mentir a ninguna. Una forma de amor en que es posible que los 3 quedéis juntos y compartáis los mismo que antes compartían tan solo dos personas. O simplemente de quedar en pareja pero con varias en paralelo. Es el poliamor y me parece que es algo de lo que empezarás a oír en breve más a menudo.

¿Por qué tú solo puedes estar con una pareja?

Miedos, celos, inseguridad, etc.  Si yo te asegurara que, pase lo que pase, tu pareja no te va a abandonar. Que, aunque acabe compartiendo su vida también con otra persona, tú no le perderías, ¿realmente te importaría?
Imagina que tu pareja conoce a un amigo (de su mismo sexo) y empieza a quedar con él sin que eso afecte a tu relación. Pero es que además ves como ese amigo ayuda a tu pareja a sentirse mejor, a disfrutar más de la vida, a encontrarse más a sí mismo, del mismo modo en que lo haces tú. ¿Te molestaría? Si tu respuesta es sí, deberías buscar la palabra egoísmo en el diccionario. Lo más probable es que no, porque verías a tu pareja más feliz todavía, y si realmente le amas, eso te haría feliz.
Irónicamente, si le cambiamos el sexo, parece que todo cambia. De pronto el “egoísta” es él, que comparte su vida con dos personas. Si os digo la verdad, tengo un nivel de confianza parecido en algunos de mis amigos que en las parejas que he tenido. Lo único que ha marcado la diferencia es una sexualidad compartida que permite alcanzar ciertos recovecos un poco más oscuros.

¿A que tienes miedo?

Quizá tienes miedo a ser menos que la otra persona. A esa inseguridad que te inunda de miedo a que te abandonen por ella.
– He conocido a otro.
Lo dijo con lágrimas en los ojos, dolida por lo que suponía para nuestra relación. Yo sabía que faltaba un trozo de la frase, porque muchas veces había conocido a otro, había jugueteado con él, y siempre había terminado por volver a mí. Y al final, apareció el pedazo que se escondía.
– …y me he enamorado de él, así que creo que tenemos que dejarlo.
– Enhorabuena, me alegro un montón por ti.
Pensaba que hacía bien en mostrarle mi alegría pero me equivocaba.
– ¿Eso es lo que te he importado hasta ahora? ¿Te digo que me voy con otro y me das la enhorabuena?.
Aquella reacción se llamaba orgullo. Sentía que no había sido importante para mí, que me había aprovechado de ella, engañándola. En realidad, aunque hubiera sido así, ella habría disfrutado de la relación del mismo modo, pero un trocito de su ego se habría roto al comprobar que “era una más”. Pero no lo era, e intenté ampliar mi enhorabuena.
– Verás, me toca profundamente los cojones lo que me estás diciendo. Por dentro de mi, una ira se remueve e intenta escapar. Un poquito de odio aderezado de orgullo herido, de miedo a lo que venga, una sensación de incomodidad y una convicción completa de que es tiempo de “declararte mi odio eterno”. Y eso es algo que voy a dejar salir, pero no delante tuyo. No, porque solo pretendería herirte, hacerte sentir mal y poder desahogar mi ira. A cambio, te repito mi enhorabuena, y mis mejores deseos. Y te voy a explciar brevemente por qué. La persona tan maravillosa que tenía delante de mi hace 5 minutos sigue estando ahí, sigue siendo la misma. Soy yo el que no la ve porque ha preferido marcharse con otro.
Ella lloró y me abrazó despidiéndose con un último beso. Y al tiempo nos reencontramos y nos volvimos a perder. Por lo menos 3 veces más hasta ahora.

De la novela “He conocido a otro”.

Cuando una relación se rompe, la otra persona no cambia, es la misma.

Pero una parte de nosotros se empeña en no verlo. Para mí, es la prevalencia del miedo ante ese futuro incierto lo que nos evita poder amar a varias personas, compartir cama con varias personas o fluir en el sentido más estricto de la palabra.
Y no creas que estoy diciendo que sea fácil porque no lo es.
Todo se trata de comunicación, siempre comunicación
En demasiadas ocasiones confundimos fidelidad con monogamia. Acostarse con otra persona no ha de suponer, necesariamente, una ruptura de la fidelidad, ya que ésta es algo que debemos definir con la otra persona: establecer límites y posibilidades. Y a veces, la monogamía no forma parte de esos límites.
“Lo único cierto es que una conversación abierta sobre el tema es necesaria.”
Y si te plantas ante esa conversación, probablemente haya algunas cuestiones que aparezcan primero. Déjame tratarlas aquí también.

“No puedes querer lo mismo a dos personas”

Es una de las afirmaciones más categóricamente falsas que conozco. Yo quiero a mi madre y quiero a mi padre, y a los dos los quiero de una forma difícil de medir. Además, lo más probable es que tú también quieras a tu padre y a tu madre y nunca hayas pensado a cuál quieres más.

“No puedes querer a dos personas del mismo modo”

En esto estamos de acuerdo. No puedo querer a dos personas del mismo modo. Pero tampoco podría quererlos igual aunque fuera en tiempos distintos. No puedo querer del mismo modo a una persona caótica, despistada e inestable (pero con una atractivo que os daría envidia a muchas) del mismo modo que quiero a una persona estable, predecible y muy ordenada.. Pero eso no significa que uno sea más importante que el otro para mí.

“Hay gente que se merece más que la quieras”

Sí, pero no es algo que pueda controlar. Yo puedo controlar cómo actúo ante una situación, puedo controlar si esa persona merece mi apoyo incondicional o debo condicionarlo a algo. Lo que no puedo elegir (es lo que tienen las emociones) es cómo me siento respecto a esa persona. Francamente, puedo querer igual a una persona a la que no he visto en años y a otra que veo a diario. Es lo que tiene sentir, que no se siente racionalmente.
Mis amigas, en una charla profunda,  defendieron sus posturas de fidelidad (las aceptadas por la sociedad), de sentir que ellas no podrían compartir a esa persona especial.
Y estoy segura de que seguirán pensándolo. Pero la grieta ya ha comenzado a resquebrajar la muralla en torno a ellas. No sé si finalmente caerá, pero se que ahora están más abiertas, al menos, a barajar que existen otras posibilidades.
A la larga, deben ser ellas las que elijan si dejan entrar las nuevas ideas en sus sistemas de valores, o prefieren convivir con las viejas. Es su elección.

Poliamor y otros nombres.

La poligamia es una forma familiar en la que una persona (hombre o mujer) está casada o mantiene relaciones con varias personas del otro sexo de manera simultánea.
Las relaciones sexuales ocasionales, las orgías, la prostitución y el intercambio de pareja no se consideran poligamia. 
Existe, a su vez, una división básica de la poligamia: la poliginia (un hombre con varias mujeres) y la poliandria (una mujer con varios hombres).
 
El término poliamor se usa para describir una relación sentimental o sexual con varias personas en pararelo, con el pleno conocimiento y aceptación de todas ellas de la situación.
Yo me considero "esposa+", o simplemente una mujer afortunada. ¿Donde encajo?
Estoy casada y no tengo intención de variar ese estatus. A mi marido le va la fidelidad a mi. No le apetece estar con otras mujeres (eso no significa que un día no pueda ocurrir). Yo soy libre de estar con otros hombres, pero tal como he explicado muchas veces, no le oculto nada a mi marido, e incluso, a veces compartimos la experiencia. Últimamente siento mucho amor por uno de mis amantes, pero sin ninguna intención de irme con él, ni de pasar a vivir todos juntos. Tenemos una fiel y sincera relación los tres. Quizás podría aceptar que tenemos una relación de poliamor. No sé. No me gustan las clasificaciones.
La vida es para vivirla de la manera que te haga feliz.
Feliz lunes !

Comentarios

Anónimo ha dicho que…
Nuevamente una excelente entrada llena de preguntas y de respuestas y de mucho material para reflexionar.
Se puede querer a más de una persona al mismo tiempo?, si seguro, no lo dudo.
Me encuentro en un momento, de bastante sube y baja emocionalmente, mi mujer ( a la que yo siempre he animado a explorar relaciones con otros hombres) me quiere y mucho, eso lo sé, pero ahora también siente algo muy especial por otro hombre que conoció hace unos meses.
Hay que tener mucha confianza y mucha seguridad en uno mismo ( y obviamente en tu pareja) para llevar una situación tan nueva como esta y tan poco aceptada por la sociedad.
Al principio la cabeza da muchas vueltas, es una mezcla muy extraña, te entristeces a veces pero al mismo tiempo te alegras mucho por la persona a la que amas...es mu complicado de explicar.

Como ya he dicho, tus entradas me aportan muchas respuestas a mis cavilaciones.
Muchas gracias por ello y enhorabuena por tu blog.

Por cierto, me hace gracia el ejemplo de la media naranja. A mi cuando me dicen eso, siempre les hago ver que una naranja tiene varios gajos y por tanto una media naranja no es una sola cosa sino varias.

S.
Alicia prados ha dicho que…
Gracias.
Me apunto lo de los gajos de las naranjas.

Si, tal como dices, y he dicho muchas veces, ser un marido+ está al alcance de muy pocos, porque su autoconfianza y autoestima ha de ser muy grande.

Anónimo ha dicho que…
Gracias otra vez (porque dí de baja el otro mail [morboesvida@....]) De poder volver a leerte. Gracias renovadas porque de alguna forma, no sé cómo :) Me ha sorprendido muy gratamente , esta entrada, ya que da la casualidad que con el otro mail en un comentario de otro post tuyo, como siempre tan interesante... dejé la posibilidad de plantearte unas cuestiones que para mi sorpresa... has resuelto en forma de post (Ni más ni menos que tu forma de pensar y vivir las circunstancias que nos rodean).

Me encanta leer y leerte es un "PLACER" contínuo.

Tu pensamiento, tu mente, tu forma de ir capeando la vida cotidiana que nos atenaza con sus compromisos extras, me llenan de júbilo.
A mis recién cumplidos 50 años (no se cumplen años, se cumplen experiencias...)Cada día tengo más claro el intentar ser lo más libre posible, teniendo muy claro que mi libertad nunca sea una losa para quienes me rodean.

Esta forma personal de vivir ésta vida, que es de paso... me encanta .
Obligaciones las justas y si las hay , son por decisión propia , consensuadas si hay otra persona con la que caminar.

Me encanta porque no me hace sentirme ni tan raro ni tan extraño. ;)

Te aseguro una amplia sonrisa al haber terminado de leer este gran post tan humano y acertado. Un abrazo y un beso querida

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